Los más antiguos son los muiños número 11 y 17, datados respectivamente en 1702 y en 1715. Los dinteles, jambas, umbrales y paredes (tanto interiores como exteriores) incluyen numerosos signos de cantero y de los sucesivos propietarios. Entre las marcas y señales existentes, destacan las cruces, que seguramente tendrían una posible función de protección y, al mismo tiempo, delimitadora de la propiedad.